domingo, 2 de julio de 2017

FOROS DE TRAJANO. 2ª PARTE.-


Ya hemos hecho un pequeño recorrido por dos de las partes que componían este conjunto de edificios que formaban los Foros de Trajano, aunque, para ser francos, ver, lo que se dice ver, a excepción de la Columna Trajana, hemos imaginado más que ver nada, ¿verdad?.

En esta segunda parte dedicada a los Foros de Trajano vamos a hacer un pequeño recorrido por la parte que más visible es de los mismos, la más visitable actualmente y, tal vez, una de mis partes favoritas dentro de los lugares clásicos de Roma. En esta segunda parte vamos a hacer una visita a los Mercados de Trajano y a la parte que queda un poco más atrás de los Mercados, Jardín y Torre della Milizia.

Había pensado que, tal vez, sería interesante dar un pequeño repaso a la figura del Emperador Trajano, a fin de conocer un poco quién era este personaje histórico conocido como “Pater Patriae” (Padre de la Patria) y, según muchos historiadores antiguos y modernos, el que probablemente sea, mejor, emperador que tuvo Roma, junto con Octavio Augusto, pero, sinceramente, cuando me he puesto a revisar su biografía, estudios y demás, he decidido que sería muy injusto escribiendo solo una reseña del que, desde mi punto de vista, es uno de los mejores (por no decir el mejor) emperador que tuvo Roma, así que he decidido que mejor le hago una entrada para él solito y continuar aquí con una de sus mayores obras arquitectónicas:

LOS MERCADOS DE TRAJANO.-


Lo primero que, tal vez, debería de aclarar es que, al contrario de lo que piensa todo el mundo, los mercados no son un solo y único edificio con una única función, en realidad son un conjunto de construcciones, un conjunto de unidades independientes, que operaban en tres distintos niveles de calles, cada uno de ellos con una función específica; esto es, nos encontramos ante el primer “centro comercial” construido y diseñado para el ocio y el comercio.

Básicamente, es un barrio en una colina de la ciudad; Apolodoro reconstruyó el aterrazamiento de la ladera de la colina del Quirinal.


Construido entre el 107 y el 110 d.C., para ello se utilizaron las técnicas más avanzadas de construcción con hormigón revestido de ladrillo, una nueva técnica de construcción utilizada por primera vez en el imperio romano y que, posteriormente, sería muy común, no sólo en monumentos sino, y sobre todo, en viviendas como la que podemos ver en las faldas del Palatino… El complejo en sí estaba compuesto de mercados cubiertos y calles comerciales, allí se
trataba con toda la mercancía que os podáis imaginar, desde verduras, aceite, vino, sedas, especias, alfarería... 



La construcción en forma de hemiciclo, aparece trazada en seis plantas en forma de terrazas y contiene más de 150 tabernae (comercio). Los accesos a los almacenes y las tiendas de la tercera planta estaban en una calle que se ha conservado en perfecto estado la Vía Biberática, lo que nos remite, supuestamente, a la palabra biber (bebida) y nos permite deducir la función de alguno de los comercios de esta calle; En la parte baja de la Vía podemos observas, incluso, algunas reproducciones de cómo eran las puertas de los comercios, si os fijáis bien, en el suelo de casi todas, podréis ver un canalillo hecho en el suelo, esto era para encajar las puertas, porque no eran como las de ahora, eran, básicamente, unos tablones que se encajaban en esos canalillos y luego se fijaban a los lados con barras de hierro o madera, de forma que, para abrir el comercio, había que “desmontar” las puertas y dejarlas a un lado.


En el mercado no solo existían tienda, como ya hemos dicho, era un complejo de edificios, también existían oficinas de administración e, incluso apartamentos de viviendas. En el mercado también se instalaron los almacenes estatales de víveres que abastecían a la población pobre a precios reducidos, incluso, en alguna ocasión, gratis.

Actualmente, al mercado se accede desde la Via Quattro Novembre, un puente metálico (sobre la Vía Beberática), nos da acceso al gran vestíbulo de dos plantas cubierto por una enorme construcción abovedada de hormigón formada por seis bóvedas de arista; realmente es una amplia calle abovedada con tiendas a los lados (¿a que os suena el diseño?). Actualmente, en este espacio, hay un museo muy interesante con los restos encontrados tanto en el Foro de Trajano, como en el de Augusto y el de Nerva, además de alguna que otra exposición itinerante.


En la segunda planta de este gran vestíbulo, al fondo (junto en la parte de enfrente de la entrada), podréis acceder a una preciosa terraza con unas vistas del mercado y de los foros realmente impresionante y, ya que estamos ahí, si nos fijamos en el edificio de la espalda, (el más alto del complejo), os contaré que fue reformado en la Edad Media (siglos XII o XIII) y que formaba parte de la fortaleza de la colina alrededor de la Torre delle Milizie, de la que hablaremos luego.
De hecho, tras el declive del Imperio Romano, familias nobles de la ciudad tomaron posesión de los distintos edificios fraccionando su propiedad, los Mercados de Trajano se convirtieron en el poderoso Castillo de las Milicias. Pasó a manos del Papa Bonifacio VIII en el año 1300 en las que estuvo poco tiempo pues en 1312 el emperador Arrigo VII estableció en él su cuartel general.
En 1574 el papa Pío V asignó el área al convento de Santa Catalina de Siena. La construcción de éste transformó radicalmente los edificios antiguos, modificando la organización espacial y las relaciones internas y externas. Tras el nombramiento de Roma como capital italiana en 1885 se alejó el convento para favorecer su uso como cuartel de Goffredo Mameli.
Sinceramente, para mí es uno de los monumentos que no hay que perderse en Roma, hay que marcarlos en rojo y visitarlo, no ya por la belleza y la historia que encierra, sino por el aire que se respira allí. Os contaré que una de mis pequeñas aficiones cada vez que voy es entrar en una de estas pequeñas tabernae, sentarme en el suelo e imaginarme como era la vida de su propietario, que vendía allí, como era su día a día o simplemente pasear por la Via Biberática y pensar que, este mismo suelo, fue pisado por miles de romanos y romanas cada día, iban a hacer sus compras, a reunirse en el foro o simplemente a pasear y ver “escaparates”...


Por cierto, uno de los libros que os recomiendo y que os ayudará a imaginar cómo era este "día a día" en un mercado, en una calle comercial o en la vida normal de un romano de aquella época es el escrito por Alberto Angela, titulado "Un día en la antigua Roma: Vida cotidiana, secretos y curiosidades", es un libro muy entretenido y muy instructivo y si os interesa la vida cotidiana de los romanos, no debéis perdéroslo. 

LA TORRE DELLE MILIZIE.-


La Torre de la Milicia es uno de los principales monumentos medievales de la ciudad de Roma. Formaba parte originariamente de un conjunto de edificaciones fortificadas agrupadas en torno a un tribunal. En 1348 un terremoto derrumbó el piso superior y que la torre quedó levemente inclinada, de planta es cuadrada, la base mide 10,5 x 9,5 m y, actualmente, tiene una altura de casi 50 metros


La construcción actual data probablemente de la época del Papa Inocencio III. A finales del siglo XIII la torre pertenecía a la poderosa familia Annibaldi; posteriormente pasó a manos de los Prefetti di Vico y luego a los Caetani, de cuya familia era el Papa Bonifacio VIII y, siendo propiedad de esta familia, la torre fue ampliada y formiticada, probablemente para rivalizar con el Castel Sant'Angelo como fortaleza principal de Roma. 

       Cuando Enrique VII de Luxemburgo llegó a la ciudad para ser coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (mayo-junio de 1312), eligió la Torre delle Milizie como base para sus seguidores güelfos.

          En 1332 la torre pasó a los Conti, y en 1619 a la congregación del convento de Santa Caterina de Magnanapoli que se encontraba al lado, y que fue demolido más tarde.

Cuando Rafael participó como conservador de antigüedades de la ciudad, utilizó esta torre como ejemplo de edificio reconstruido utilizando piezas antiguas.


Popularmente también es conocida como "Torre de Nerón", ya que la tradición afirma que, desde esta torre, el emperador Nerón vio el incendio de Roma. Esta tradición deriva de la descripción clásica que dice que él (Nerón), observaba el incenido desde una torre en los Jardines de Mecenas, aunque fuentes más fiables sitúan a Nerón fuera de la ciudad cuando se produjo en incendio, concretamente en su ciudad natal Anzio, pero, como ya hemos podido comprobar, esto es totalmente falso, la torre fue construida en el siglo XIII y Nerón ya estaba un poco muerto en estas fechas... 

Bien, estos son los datos, datos que, por otra parte, encontraréis en multitud de páginas de internet, para que negarlo… Pero, mucho más allá de los datos están los sentimientos; ya sabéis que Roma, ante todo y sobre todo, es un crisol de sensaciones, de ruidos, de colores, de gente… No mentiría, porque ya lo he dicho antes en este blog, cuando hablé de mis sitios favoritos de Roma, que el jardín que se extiende al pie de esta torre es uno de mis lugares favoritos…, para mí es un pequeño remanso de tranquilidad en pleno centro de la Ciudad, siempre solitario y tranquilo, indiferente al paso del tiempo, ni si quiera hace caso a su propia historia, simplemente está allí, como ha estado desde hace siglos y como, espero, siga estando muchos más; es mi pequeño jardín y siempre lo recuerdo con cariño y lo echo de menos…


Por cierto, que, al igual que el Altare de la Patria, la Torre delle Milizie se ve desde cualquier punto de Roma, de forma que sirve perfectamente de referencia para moverse por la Ciudad, ahí dejo la anotación.





Por si a alguno le interesa un poco más el temá...

Enlaces multimedia:

- En Español: 
 1.- Foro de Trajano.

 - En Italiano:
1.-  Foro di Traiano
2.-  Il Mercato di Traiano

 - En Inglés:
1.- Forum of Trajan.
2.- Market of Trajan. 

2 comentarios:

  1. Gracias, Luis, por esta bonita descripción en la que poder revivir esta zona de Roma. Me he imaginado quitando mis puertas utilizándolas como mostrador... detalles que no sólo son información sino que te hacen revivir la vida en la Antigua Roma. Mañana pasaré por tu jardín acordándome de ti. Un abrazo desde tu Roma.

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    1. Ay amigo... que mala es la añoranza... te hace ver donde no hay y recordar y echar de menos y, al fin y al cabo, ¿de qué está hecha la vida sino de estos pequeños trucos de la memoria?, ¿de estas imágenes, de esos olores, de aquellos sonidos que se instalan, poquito a poco y sin tu notarlo, en ese lugar imaginario al que acudes en determinados momentos?... Nos veremos pronto, muy pronto y me contarás más cosas sobre nuestra Roma. Un abrazo.

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