lunes, 26 de junio de 2017

IL CAFFE MI RENDE NERVOSO... O NO...


          Una de las cosas que más añoro de Roma, día a día, es un buen café.

El miércoles pasado, en el intercambio de Italiano (por si alguno estáis por Málaga un miércoles de estos, los intercambios de idioma italiano se hacen en Alcasabar ese día a las nueve de la tarde y los organiza la  Asociación ARTENATIVA MALAGA,  de la que me honra formar parte, no dudéis en pasaros y nos tomaremos una cervecita, por allí nos vemos los amantes de Italia, su idioma y su cultura), hablábamos de las diferentes formas de pedir café aquí, en España, concretamente en Málaga y en Italia, lo que me ha hecho recordar y rescatar una pequeña entrada que tenía medio preparada para añadir al blog en algún momento y creo que este es un buen momento para hacerlo, así que, aprovechando el título de una de mis pelis favoritas de Massimo Troisi... 

Nunca me he considerado un experto ni un hábil "degustador" de este producto, pero he aprendido que un buen café convierte una mala mañana en un posible gran día (la posibilidad suele ser la mejor esperanza, que se cumpla luego o no es otra cuestión…), igual que un mal café hunde toda esperanza en un brebaje oscuro que, eso si hay que reconocérselo, te hace iniciar la primera carrera del día…

            En Italia el café es un arte, una religión, un hábito diario y, casi casi, una necesidad, por lo que es importante tener unas pequeñas nociones sobre las diversas formas de pedirlo, así como de los hábitos y costumbres, ya sabes, “En Roma, como los romanos…”

            Me voy a centrar en Roma, como es natural, pero según vi en Florencia, es una costumbre bastante generalizada en Italia, lo primero que tenemos que conocer es que, en las cafeterías no se llega a la barra y se pide el cafelito de turno al primer camarero que encontremos, primero tenemos que ir a la caja del local y solicitar (y pagar, por supuesto) el correspondiente tique que, después, entregaremos al camarero con la indicación del tipo de café que vamos a tomar (por cierto, es costumbre dejar junto con el tique una pequeña propina, "per il barista"...). Así que ya tenemos el primer paso, a caja, pedimos y luego a la barra y volvemos a pedir… Esto no creo que sea muy necesario decirlo, pero siempre se agradece un “por favor” y un “gracias” en cada una de las peticiones que realicemos, quedamos como señores/as y no cuesta nada, de hecho, circula por Roma un cartelito que muchas cafeterías cuelgan con gracia en la entrada o ponen en los mostradores, a ver si tengo alguna foto por aquí del cartel en cuestión…

            En Italia y en Roma, en particular, hay infinidad de tipos de café que puedes tomar, normalmente, asociados a una hora del día, lo que no quiere decir que no puedas tomarte lo que quieras a la hora que quieras, pero, digamos que hay determinados cafés según qué hora…

           ¿Todos sabemos (o hemos visto en pelis) que, cuando se llega a Italia lo primero que hay que probar es el cappuccino y es cierto, es uno de los grandes placeres de los que somos cafeteros, pero… sabíais que el cappuccino no es invención italiana sino vienesa? En 1683…            En fin, que estamos en Roma, es por la mañana y hay que tomar café (al menos para mí es imprescindible), ¿a donde ir?, bueno, como hay gustos hay colores, pero yo aconsejaría dos sitios particularmente:

    
        1.- La Tazza D’oro, en Via degli Orfani 84, junto al Panteón. Un sitio genial en el que, además, podrás comprar café al peso, además de otras cositas como licores, té, etc…, aunque, tanto este, como el siguiente sitio que voy a decir, suelen estar bastante llenos de gente, no toda turistas y, particularmente en este, no pienses en sentarte, café en barra, como se suele decir “al coleto” y “via, via…”. Os recuerdo, hay que pasar antes por la caja y pagar el café que vais a tomaros, lo digo porque, en este caso, la caja está apartada de la barra y suele quedar uno bastante despistado buscándola, es la misma que para la tienda, así que, secretillo desvelado…

 2.- Sant’Eustachio, genial descubrimiento de mis últimos viajes (confieso que por indicación de mi querido amigo Alberto, aunque quien haya leido el libro "Historias de Roma" de Enric Gonzalez, el cual recomiendo encarecidamente, habrá escuchado hablar de esta cafetería), aunque ya tenía fama desde su fundación, allá por los años treinta… Se encuentra en la Piazza Sant’Eustachio nº 82, entre el Panteón y el edificio del Senado. Este era uno de mis placeres cada mañana, llegar a eso de las 8 que aún no hay nadie y tomarme, tranquilamente, un Gran Caffé (eso si, te cuesta tres euros y pico) saboreándolo con calma…, que la primera vez que fui ni te podías acercar a la barra de la cantidad de gente que había, un horror, además, es pequeñito y eso lo hacía más horror todavía… Por cierto, para los que sois golosos, no os perdáis los “Confetatti”, no os digo más…

            En cualquier caso y en cualquier sitio, para todo aquel cafetero que disfruta ante una taza de esta esencia, Roma es el cielo… Aún recuerdo los cafés mañaneros que nos tomábamos mi hermano y yo sentados en la Piazza de la Republica (junto a la boca de metro), al solecito de octubre…

            ¡No seais tontos y salid del hotel para desayunar!, aprovechad las primeras horas para saborear un buen “Ristretto” o un “Capuccino” con algo de bollería, o un “expreso dopio” con su espumita de crema de leche… El problema será volver luego a esos sosos caldibaches que nos tomamos cada mañana antes de ir al trabajo y en la cafetería de la esquina que, salvo honrosas excepciones (que de todo hay en la viña del señor), solo han visto un grano de café en la foto del paquete…


      Pero, ante todo, recordad las palabras del señor Charles Maurice de Talleyrand-Périgord: “El café debe ser negro como el demonio, caliente como el infierno, puro como un ángel y dulce como el amor” 

     En fin, para curiosos e información en general, os diré que se han llegado a contabilizar unos 76 tipos de café diferentes… ¿Qué no?, a ver, del tirón los digo…


• Caffè normale
• Caffè ristretto
• Caffè lungo
• Caffè ristretto macchiato caldo
• Caffè ristretto macchiato freddo
• Caffè lungo macchiato caldo
• Caffè lungo macchiato freddo
• Caffè ristretto macchiato caldo senza schiuma
• Caffè ristretto macchiato schiumato
• Caffè normale schiumato
• Caffè normale macchiato caldo
• Caffè normale macchiato freddo
• Caffè normale macchiato caldo con un pò di latte freddo
• Caffè ristretto in tazza grande
• Caffè ristretto in tazza grande macchiato freddo/caldo
• Caffè lungo in tazza grande (macchiato caldo/freddo/con acqua calda/fredda)
• Caffè americano
• Caffè Usa
• Caffè normale con acqua calda/fredda
• Caffè normale con un cubetto di ghiaccio
• Ristretto, ristrettissimo, schiumato
• Caffè ristrettissimo con poco latte
• Caffè in vetro
• Caffè ristretto in vetro
• Caffè ristretto in vetro macchiato caldo
• Caffè ristrettissimo con tanto latte
• Caffè in vetro (macchiato caldo/freddo/con acqua calda a parte/lungo)
• Caffè in tazza fredda
• Caffè in tazza bollente
• Caffè bollente
• Caffè bollente macchiato caldissimo
• Caffè macchiato caldissimo
• Caffè in tazza grande con panna
• Caffè corretto grappa
• Caffè corretto whisky
• Caffè corretto Fernet
• Caffè corretto anice
• Caffè corretto schiuma
• Caffè ristretto in tazza fredda
• Caffè ristretto in tazza bollente
• Caffè ristrettissimo
• Espresso
• Espresso molto lungo
• Brodo nero & caffè al volo
• Espresso ristretto
• Caffè corto
• Un nero
• Caffè basso
• Caffè macchiato lungo con acqua calda a parte
• Caffè lungo molto macchiato
• Goccia di caffè con crema di latte (paperino)
• Goccia di caffè con latte senza schiuma
• Caffè marocchino
• Caffè macchiato con cacao
• Caffè doppio
• Caffè doppio ristrettissimo (con latte freddo a parte)
• Caffè doppio ristretto/lungo
• Caffè doppio macchiato caldo/freddo
• Caffè doppio ristretto (con latte freddo a parte)
• Una spremuta di brasil
• Una spremuta di arabica
• Caffè con cacao
• Caffè corretto schiuma
• Caffè con nuvoletta
• Caffè spumato
• Un brodo nero
• Una spremuta di chicchi
• Un caffè con la barba
• Un americano macchiato
• Un macchiato lungo
• Caffè alla caffeina
• Mi tiri un caffé
• Caffè super
• Caffè francese
• Caffè al volo
• Un caffè leggero

Aunque, básicamente, lo más pedido se reduce a: 

· Caffè espresso
· Caffè macchiato
· Caffè schiumato
· Caffè lungo
· Caffè ristretto
· Caffè corretto
· Caffè decaffeinato
· Cappuccino
· Caffè messicano
· Caffè all'americana
· Caffè d'orzo (in senso lato poiché non utilizza chicchi di caffè nella sua preparazione)
· Caffè marocchino
· Irish coffee
· Cafè du campanard
· Cafè valdotaine
· Caffellatte
· Latte macchiato 



Ahí es nada, todos estos más los que, poco a poco y según modas, se vayan añadiendo, así que no creo necesario hacer ver que, difícilmente, se pueden probar todas las variedades de café que existen en Italia, aunque he probado unos cuantos (unos cuantos muchos), creo que necesitaría más de una vida para probarlos todos… o una buena “primitiva” y una temporada larga en Italia, eso si, sin expectativas de dormir…, pero, si alguno se atreve o conoce alguna variedad más y me lo quiere comunicar…

P.D. Olvidé contar algo que, al menos a mí, me resulta muy interesante y que, gracias a Dios, se está popularizando por otros países, pero que, como no, nació en Italia.

Dice la leyenda que el 'caffé sospeso' surgió en Nápoles en el siglo XVII, tiempo en que este reino, perteneciente a la corona de Aragón, estaba inmerso en una crisis como consecuencia de la demanda de fondos que la metrópoli exigía para costear sus guerras religiosas. Durante este siglo, el pueblo napolitano se rebeló contra sus acreedores, para perder, y sucumbió ante la peste, que redujo su número a tres cuartas partes. La ciudad de Nápoles, que hasta el momento atravesaba una de sus épocas boyantes como puerto clave del Mediterráneo y lugar de regocijo para clérigos de la contrarreforma, nobles y aristócratas, quedó inabarcable para los supervivientes, testigos de su grandeza en descomposición.

En este escenario pudo surgir el germen del caffé sospeso, que consiste en dejar pagado un café para que alguien necesitado se lo tome sin coste para él. Así lo cuenta Luciano De Crescenzo, polifacético escritor y ensayista italiano, en una colección de artículos costumbristas.



En Nápoles, en el barrio de Sanitá, cuando alguien estaba feliz después de que algo bueno había pasado, en lugar de pagar un café pagaba dos, dejando sobre la mesa el dinero para el próximo cliente. Ese gesto fue llamado 'caffe sospeso', literalmente, café en espera. Entonces, si alguien entraba en la cafetería preguntaba si había algún 'sospeso'. De algún modo, era como la compra de café a la humanidad.
"I Pensieri di Bellavista". Mondadori. 2006




Aunque hay otra versión más… castiza. Según el escritor Riccardo Pazzaglia, en su obra, “Odore di caffè”, la tradición se habría originado a partir de las disputas que surgieron en el momento de pagar el café entre los grupos de amigos o conocidos que se reunían en el bar: la mayoría de las veces surgía la incertidumbre entre lo que se había consumido y lo que se tenía que pagar, y terminaban pagando un café que no había sido consumido. En estos casos, no le pedían al dueño del bar que les devolviera el dinero, sino que dejaban el café “pendiente” para el beneficio de algún desconocido. Esta costumbre era parte de un repertorio de gestos altruistas y de apoyo que estaban en uso en la sociedad napolitana (incluyendo el llamado "Acino di fuoco", que era un tizón traído sobre la paleta que, en los patios napolitanos, era ofrecido por los que ya había encendido la chimenea a primera hora de la mañana, para el beneficio de los otros vecinos que, así, podían ahorrar el consumo de las cerillas).


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